APARTANDO A LOS STROKES

Phrazes for the young, el debut de Julian Casablancas en solitario, nos presenta ocho temas y la mitad son medios tiempos con influencia ranchera y americana y no están mal, pero lo que nos gusta de verdad son esos retrohits como la rompedora Out of the blue, como 11th Dimension o River of Brakelights, en los que juega con el rock ratonero stroke (el primer tema del disco podría haber sido el gran retorno de los Strokes a sus orígenes y en cambio los muy pijos no dejan de pelearse y poner en peligro la formación, una de las más frescas y respetadas de la nueva era musical moderna.
El caso es que en los temas rápidos Casablancas juega con guiños a sus banda, a Radiohead o al synthpop sin complejos y nos conquistan a pesar de que casi ninguno baje de los cinco minutos, al igual que los temas más lentos y que se parecen a los que iban cerrando lo que fue (de momento) el último disco de la banda que solía liderar.
Ah, lo de la influencia americana y ranchera es así, pero ojo, los instrumentos no dejan de ser de fantasía en ningún momento.
Un lanzamiento a tener muy en cuenta que demuestra que Casablancas era mucho más líder de lo que nos imaginábamos.
De todas maneras que no jodan mucho y que graben un disco nuevo, que los fans estamos esperando desde que escuchamos la cara b del último disco.

MALADROIT MAKERS

Empiezo a sospechar que los de California están sacando los EP's más largos de la historia porque no entiendo como es posible que en los dos últimos discos de Weezer haya lugar para elaborados himnos épicos, temones clásicos de esos que sólo ellos pueden grabar... y paja, mucha paja. Hace unos meses nos pasó con el disco rojo y todos pensamos que la culpa era de Cuomo, principal compositor y voz de la banda, por dejar que los demás también agarraran el micro y el bolígrafo, pero nos equivocábamos. El problema es querer sacar todo lo que componen, porque como es lógico, no todo puede brillar.
Raditude tiene los hits más repartidos que el anterior trabajo y no tiene ningún tema "largo", iniciando el recorrido con el mejor single (extraordinario videoclip, puedes verlo aquí) que han publicado en lustros pero eh, de repente te encuentras con una cosa moderna y loca como Can't Stop Partying y te aseguro que aunque les hayas visto versionear a Lady Gaga vas a levantar una ceja. La otra (ceja) te la reservas para el rollo hindú de Love is the Answer, probablemente la peor canción que la banda haya grabado y si no es la peor, al menos es la menos Weezer de todas, incluso menos que la mencionada unas líneas antes.
Pero no todo es malo en el disco, hay aciertos importantes (el single, I'm your daddy, Let it all hang out o Tripping down the freeway) que resultan doblemente dolorosos al comprobar que de no haber editado el disco rojo, guardándose los hits de aquel y mezclándolos con los de Raditude, estaríamos hablando de un espléndido disco de rock. Pero peor es que no saquen nada, claro. Aunque sea por la media docena de estupendas canciones que vienen en el disco hay que seguir confiando en ellos, que por algo forman parte de nuestras vidas y nuestros armarios.
Y la segunda escucha, pasado el ansia, es más agradecida, aunque esté feo decir eso de un disco que tienes que defender.
Yo voy por la tercera.