SE CUELA

Con un cartelaco igual de chungo que el de la decepcionante Mirrors de Alexandre Aja no paro de preguntarme cómo era posible que tuviera tantas ganas de ver este pedazo de mierda.

Con una idea equivocada por mi parte, pensando en nuevos arranques hipervitaminados (no me jodas, es lo que hacen en estos tiempos), en niños rarunos ahogándose mientras los monitores del campamento se tocan y comen nubes (hay nubes y hogueras, pero no hay campamentos ni monitores) me encuentro con varias cosas chungas como:

- el peor puñado de muñecos que haya visto en un cine en los últimos años (me refiero a los supuestos actores) y no quiero que se me llame mierdoso tikismikis por esperar unas interpretaciones de la hostia, pero coño, ¿qué mierda es esta?

- una secuela sin más, nada de remake, ni de novedades a no ser que la ex-estrella Marcus Nispel quisiera homenajear a la cuarta entrega pero sin niño fanático de Stan Winston, con lo que se queda en una peli de mierda.

En el remake de La Matanza de Texas (soso, pero superior a este Viernes13) sí que había personajes, aunque ya conociéramos a la tribu de la furgoneta el guión se molestaba en mostrarnos a los chicos y hacernos partícipes del malrollismo y ahora, en Viernes13 12 (contando el duelo contra el quemado de Elm St.) lo que nos encontramos es un sindios ya desde los títulos de crédito, que es la escena final de la primera (el duelo), para luego encontrarnos con OTRA INTRO de media hora, que queda muy guay eso de mostrar el título de la peli pasada la media hora de peli... con lo que la estructura de la peli es bastante "peculiar"

Este nuevo Viernes13 se define a sí mismo en la última secuencia, el inesperado y limpísimo ataque al corazón que el director brindaba a la audiencia en el original se convierte aquí en un híbrido entre Hulk y Transformers.

Vamos, una mierda ruidosa como una catedral de grande. Marcus Nispel, hasta luego.