DANDO LA NOTA

Tim Burton ya no es el que era. En 1994, puede que demasiado pronto, llegó a la cumbre de su carrera con la amada Ed Wood y desde entonces ha presentado trabajos de los que ya no puedes fiarte: Mars Attacks! era simpática, Sleepy Hollow entrañable y a partir de entonces… nada de nada.
Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street es su mejor trabajo desde Sleepy Hollow y la crítica americana, quizás preocupada por no tratarse de una película dirigida a las masas que probablemente no recaude ni la mitad que otras (peores, también hay que decirlo), le ha premiado con Globos de Oro para darle apoyo porque dudo que la gente “de a pie” se gaste siete eurazos en ver una ópera comprimida, en ver una peli de dos horas donde la gente no habla, canta y además, es degollada de manera feroz.
No tengo alergia a los musicales (ni mucho menos) y Sweeney Todd no se hace larga en ningún momento (aunque tarde un poco en arrancar) . ¿Es una peli del Tim Burton de ayer? No exactamente. La banda sonora es asombrosa y hay ríos de sangre, pero se echa en falta la esencia burtoniana en un momento en el que todas las películas “oscuras” lucen igual, quedándose esa esencia en la parte de la trama que enfrenta a los dos barberos, Deep (hace mucho tiempo que es un gran actor) y Cohen (fichado por Spielberg para su peli post-Indy), este último sacándose otro hilarante acento de la manga.
Las canciones son una gozada y el elenco, más o menos, afina.
El resto es fácil de imaginar desde los créditos iniciales: sangre y empanadas.

Un 6'5