LA PASIÓN DE MARC STEVENS

Me asombro viendo "Calvaire", de Fabrice Du Welz, ya que, sin llegar a ser 100% original (algo extremadamente complicado en la actualidad, de ahí ese pedazo de 9 que di ayer a "Kiss kiss bang bang"), consigue aterrarme lo suficiente como para tener que ducharme después del film para quitarme el barro y la sangre.
Tomando como modelos a Michael Haneke, a "Perros de paja", a "Psicosis", a "La matanza de Texas", a esa gran peli que fue "La presa", de Walter Hill, (otro día os cuento lo grande que fue este señor), a "Deliverance" y con un toque europeo que por cercano logra aterrar más aún al espectador, como ya logró el mencionado director de "El tiempo del lobo" o Alexandre Aja con "Alta tensión", peli hipertramposa, pero que muestra un director con maneras y que nos volverá a todos locos con su remake de "Las colinas tienen ojos"
Marc Stevens, un cantante cutre, actúa en una residencia de ancianos cutre.
Antes, vemos como en silencio, se maquilla para la función.
Estamos avisados, película incómoda y ecos Hanekianos, abróchense los cinturones.
Cuando Marc emprende el viaje para su próxima actuación, la furgoneta que conduce se estropea en medio de la nada. Comienza una pesadilla de locura, falsas reencarnaciones, tortura y brutalidad.
Artesana como pocas pelis últimamente, se narra la historia sin estruendosos golpes de efecto, sin subidas musicales ni sustos gratuitos, manteniendo al espectador en constante tensión.
Tiene al menos tres secuencias antológicas, a saber: Esa cámara que atraviesa el cristal de la furgoneta para entrar y luego para salir, el baile de los zumbados del pueblo (posiblemente lo más aterrador visto en mucho tiempo), y un plano cenital extraordinario, aunque algo confuso, que recuerda vagamente al famoso travelling de la sobrevalorada "Old boy".
Incomprensiblemente inédita en nuestro país, doy las gracias a gente como Max Renn, por recomendarla, y a KesheR, por ser un fantástico "subtitulador".
Un 7´5.