OBJETIVO: BIRMANIA

Contra todo pronóstico Sylvester Stallone se va a convertir en un artesano de los que ya no quedan. Y a la gente le va a costar aceptarlo. Salvando las obvias diferencias mayúsculas, la carrera de Stallone (ahora) tiene bastante en común con la de Clint Eastwood, pero sin clásicos ni premios. Hace más de diez años de Cop Land, donde intentó de verdad (con buen resultado) cambiar de registro y entrar en una política de papeles para su edad y sus limitaciones interpretativas, pero todavía no se le respetaba como merecía. Y llegó Rocky Balboa, un entrañable ejercicio de cariño y nostalgia al boxeador bonachón y no a los tiempos pasados, que también pero menos, porque Rocky Balboa no era una película de boxeo. Era una íntima peliculita rodada con oficio y con un guión mucho más acertado de lo que cabía esperar. El nuevo Stallone deja boquiabiertos a todos y cierra algunas (injustas) bocas.
Ahora llega el turno de Rambo, otro personaje tan clásico como el boxeador pero mucho más oscuro y silencioso y Stallone rueda una película bélica de las que ya no se hacen, el primer y más importante detalle que hacen de Rambo una de las mejores pelis de acción vista últimamente.
En esta cuarta aventura, de noventa minutos apuradísimos, volvemos al cine para ver una de esas pelis que ya no se ruedan desde que el mundo se cae a pedazos y que los fans del cine de siempre y por extensión de John James Rambo agradecen y aplauden con las orejas a pesar de estar en un pase de prensa. Y eso reconforta, coño. Algo que no pierde su esencia a pesar del paso de los años tiene que ser bueno, miren si no el esperpento de La Jungla 4.0, donde se perdían todas y cada una de las señas de identidad de una saga tan clásica (y probablemente mejor) como la de Stallone y todo un ejemplo de mala secuela para el retorno.
Ahora Rambo, que sigue encerrado en su interior y ajeno a toda la mierda que habita en el mundo, debe rescatar a un grupo de voluntarios que viajan a Birmania para colaborar en misión humanitaria. Y en Birmania los malotes juegan al buscaminas con personas, son lo peor.
Y el guionista, productor y director de la peli, que no es otro que el mismo Rambo, pega un hostión en la mesa del inmaculado y virgen cine de acción del siglo XXI mientras exclama: niños, ha llegado Rambo y vamos todos a mancharnos de sangre, sudor y vísceras: Rambo es el episodio más violento de toda la saga, un acertado colofón final granguiñolesco a una irregular pero entrañable saga que pese a quien pese es historia viva del cine. Una de esas pelis que no veíamos en un cine desde los tiempos de la Cannon y gente como Sam Firstenberg o Menahem Golan tras la cámara, pero realmente bien dirigidas y coreografiadas y con un ejemplar pulso narrativo, algo que parece fácil pero que se está perdiendo a velocidad de vértigo.
Olé tus cojones, Sly.

Un 8

Stallone - Rueda de Prensa

No estoy cómodo con la controversia política de Rambo. Es un personaje neutral. No vive en EEUU. Es un soldado, un luchador que vive y lucha en un país extranjero.

Tengo que ser realista. Mi carrera ha sido muy diferente a la que han tenido otros actores y es verdad que estoy muy ligado a estos personajes tan físicos (Rocky-Rambo)
Ya intenté con Copland alejarme un poco más de este tipo de personaje y cuando me jubile como actor, que no será dentro de mucho tiempo, empezaré a tratar otros temas como director. Pero sé que será difícil cambiar la imagen que tengo.

No he tenido demasiado tiempo para desarrollar el personaje del malo porque no hablaba inglés pero pensé que era el actor adecuado por su físico y pensé que si también odiaba a las mujeres le haría más complejo. ¿Más demoníaco? No lo sé. Quería que fuera retorcido.

Hay toda una generación que no conoce a Rambo. En internet también se ha leido que era una cinta de acción diferente a todo lo que se hace hoy en día. Con la película yo quería hacer dinero, pero no sé que pasa ahora que las películas tienen que ser suaves y dóciles… en el cine indie sí que se ven cosas buenas, pero el cine de Hollywood cada vez es menos "emocional" y más frío y no le hace ningún favor al espectador.
Yo he querido hacer algo duro y difícil, diferente. Es como si de repente se hubiera capturado un animal desconocido y todo el mundo quisiera verlo.