TESORO DESENTERRADO

He de reconocer que Indiana Jones y la Última Cruzada, vista justo antes de la última entrega... no envejece nada bien. Se trata de la única aventura del doctor Jones con tiempos muertos y minutos no tediosos pero sí poco ajetreados. Recuerdo que mientras la revisaba no podía dejar de pensar en esta cuarta parte, en darle al stop al dvd y enchufar esta nueva aventura... que se descubre como la mejor y más auténtica de toda la saga.

Entiéndanme: amo la búsqueda del Arca y el Templo Maldito es megadivertida, pero es que en El Reino de la Calavera de Cristal se concentra la esencia misma de la aventura. Un (inesperado y majestuoso) Sean Connery postrado en silla de ruedas, babeando (pero con mucha clase) nos mete en situación: 1951, el doctor Jones está prejubilado y aficionado a tope a la apicultura porque está convencido de que puede conservar la vida de los insectos en la miel.

Un buen día, mientras el doctor echa una siesta en su jardín con los pies apoyados en un extraño baúl, Mutt Williams, un representante musical de tres al cuarto con un bigote ridículo, se cuela en la casa para robar un micrófono de oro, posesión del doctor, para intentar grabar un single pegadizo, la canción del verano, con su nuevo fichaje.

Como Indy tiene el sueño muy ligero se despierta y Williams huye en motocicleta hasta que Indy, látigo en mano y con unos f/x que dejan en calzoncillos a los Transformers, se monta en el asiento de atrás. Entonces llegan los homenajes y la sorpresa: cuesta abajo y sin frenos alcanzan los 14o km/h y donde ahora tenían tranvías se presenta un frondoso pinar... y una misteriosa cueva donde intenta esconderse el rapaz. Una vez dentro se desata la locura: extraterrestres, mujeres malvadísimas como nunca habías visto y un giro final que jamás te podrías imaginar por más que leas por ahí.

Cargada de humor escatológico (pensaban que linkearía escatológico, ¿a qué sí?) y sin la habitual moralina a la que nos tiene acostumbrados su director, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal es, probablemente, la mejor película que nos ofrecerá el año que está a puntito de empezar.

Un 9'5