¿EL ÚLTIMO? (típica pregunta de supermercado)
Más parecida a The Omega man que al relato original de Richard Matheson, Soy Leyenda es una olvidable puesta al día que se salta a la ligera la idea de la obra original para que su director, Francis Lawrence (que prepara una versión shaolín de Blancanieves y los siete enanitos, GLUPS) aporte detalles cool (o eso piensan él y el señor Warner) y el resultado sea lo suficientemente irregular como para olvidarte de la película cuando llegas al metro.
Robert Neville es el único superviviente del planeta. Un virus ha acabado con la raza humana y los que no han muerto ahora son vampiros (digitales, ¿por qué? ¿Qué hay de Rob Bottin, Tom Savini o Greg Nicotero? ¿No sirven?!!!)
Neville fue un brillante científico que trabajó en el virus y ahora es inmune y pasa el tiempo con su perra Sam, “alquilando” pelis en el videoclub y haciendo flexiones. También busca una cura, claro.
Con un arranque interesante (Neville cazando en plena gran manzana) y un flashback innecesario que para más inri divide en tres segmentos (el tercero es de traca, es para repetir un plano de Smith llorando) la película olvida el ambiente original, autodestructivo y decadente, para poder meter (con el calzador más grande que he visto en mi vida) dos o tres secuencias de acción y algún susto imposible de ignorar, más que nada por el volumen.
Si en la novela original el autor nos mostraba un futuro (pasado ya hace más de tres décadas) desolador, con un protagonista a punto de perder la razón, alcoholizado y con una serie de elementos mitológicos con los que el título adquiere una dimensión aterradora, en Soy Leyenda, la película, simplemente tenemos las aventuras de un hombre abandonado en la ciudad que debe cuidarse de unos mutantes digitales que salen cuando el sol se va. Ni rastro de la paranoia, ni rastro de los coloquios interiores de Neville, ni rastro del espíritu original. Ni tan siquiera la barba y los kilos de más o de menos, ahora Neville es un mazas al que se le dedica uno de los planos más ridículos del film, veinte segundos de torso desnudo a dos tamaños (de plano) diferentes mientras hace ejercicio y alguna chica babea en la platea.
Y ahora un par de apuntes para sacaros a Matheson de la cabeza antes de entrar al cine. La novela arranca tal que así: En aquellos días nublados, Robert Neville no podía saber cuándo se ponía el sol, y a veces ellos ya estaban en las calles antes de que él regresara
En la película, Neville tiene alarmas que le avisan cuando se pone el sol para poder “forrar” bien las ventanas de casa.
Otra: Era un hombre alto, de treinta y seis años de edad, de ascendencia inglesa y alemana… y los ojos azules y brillantes
Es El Príncipe de Bel Air. Y tiene una perra. Han cambiado el sexo de la mascota y la raza del protagonista, salvo que ahora venga aquí el gañán de Dennis Hopper y me suelte la historia de las berenjenas.
Buenos planos de la ciudad desierta, lo mejor de la peli y poco más para un intento fallido de querer hacer algo “sesudo pero taquillero” porque, no nos engañemos, la película tampoco parece ser un vehículo para masas una vez vista la resolución de la trama, ¿o si?
La teoría de la crueldad humana que mostraba con pocas palabras Matheson en su libro se han convertido en una película. La peli es el monstruo.
La novela es leyenda.
Robert Neville es el único superviviente del planeta. Un virus ha acabado con la raza humana y los que no han muerto ahora son vampiros (digitales, ¿por qué? ¿Qué hay de Rob Bottin, Tom Savini o Greg Nicotero? ¿No sirven?!!!)
Neville fue un brillante científico que trabajó en el virus y ahora es inmune y pasa el tiempo con su perra Sam, “alquilando” pelis en el videoclub y haciendo flexiones. También busca una cura, claro.
Con un arranque interesante (Neville cazando en plena gran manzana) y un flashback innecesario que para más inri divide en tres segmentos (el tercero es de traca, es para repetir un plano de Smith llorando) la película olvida el ambiente original, autodestructivo y decadente, para poder meter (con el calzador más grande que he visto en mi vida) dos o tres secuencias de acción y algún susto imposible de ignorar, más que nada por el volumen.
Si en la novela original el autor nos mostraba un futuro (pasado ya hace más de tres décadas) desolador, con un protagonista a punto de perder la razón, alcoholizado y con una serie de elementos mitológicos con los que el título adquiere una dimensión aterradora, en Soy Leyenda, la película, simplemente tenemos las aventuras de un hombre abandonado en la ciudad que debe cuidarse de unos mutantes digitales que salen cuando el sol se va. Ni rastro de la paranoia, ni rastro de los coloquios interiores de Neville, ni rastro del espíritu original. Ni tan siquiera la barba y los kilos de más o de menos, ahora Neville es un mazas al que se le dedica uno de los planos más ridículos del film, veinte segundos de torso desnudo a dos tamaños (de plano) diferentes mientras hace ejercicio y alguna chica babea en la platea.
Y ahora un par de apuntes para sacaros a Matheson de la cabeza antes de entrar al cine. La novela arranca tal que así: En aquellos días nublados, Robert Neville no podía saber cuándo se ponía el sol, y a veces ellos ya estaban en las calles antes de que él regresara
En la película, Neville tiene alarmas que le avisan cuando se pone el sol para poder “forrar” bien las ventanas de casa.
Otra: Era un hombre alto, de treinta y seis años de edad, de ascendencia inglesa y alemana… y los ojos azules y brillantes
Es El Príncipe de Bel Air. Y tiene una perra. Han cambiado el sexo de la mascota y la raza del protagonista, salvo que ahora venga aquí el gañán de Dennis Hopper y me suelte la historia de las berenjenas.
Buenos planos de la ciudad desierta, lo mejor de la peli y poco más para un intento fallido de querer hacer algo “sesudo pero taquillero” porque, no nos engañemos, la película tampoco parece ser un vehículo para masas una vez vista la resolución de la trama, ¿o si?
La teoría de la crueldad humana que mostraba con pocas palabras Matheson en su libro se han convertido en una película. La peli es el monstruo.
La novela es leyenda.
Un 5
8 comentarios:
Hombre, ya se suponia.
Teniendo en cuenta que una pelicula es una película y que un libro es un libro (peazo de afirmación, la mia) y que son terrenos diferentes, yo siempre me quedaría con la novela de Matheson, que me parece brillante.
Viendo el trailer en el que Will Smith salía en todo momento acompañado por un perro, ya evidenciaba que la cosa poco iba a tener que ver con la novela, ya que el Neville del libro, hubiese deseado más que nada en el mundo que aquel perro que merodeaba su hogar, no hubiese desconfiado de él y le hubiese hecho compañia.
De todas formas, yo espero que sea mucho mejor que la versión de Charlton Heston, que me resultó ridícula.
Ahh, y ha pegao un pelotazo tremendo en la taquilla yankee!
Sip, taquillazo.
Pues se parece a la de Heston más que a otra cosa.
De hecho es un remake del hombre omega.
Lo mejor la ciudad y la duración (90')
Saludos!!!
¿Que hay de Tom Savini?
Grande!!
La peli me parece floja pero entretiene. Yo no la hubiese aprobado, le di un 2 sobre 5 en muchocine ya que no tienen 0, en mi blog le puse un 1+/2 (sobre 10 un triste 3). A mi me recuerda a "yo robot" e incluso tiene plano de abdominales del Smith calcado. Lo que no llego a entender es que esperaras algo del libro siendo una serie A made in Hollywood...
Y será el taquillazo de las navidades...
Igual os interesa este link que habla extensamente de las diversas versiones de Soy Leyenda.
http://www.zonanegativa.com/?p=5082
ejem... si no pongo el link, mal vamos
:-)
Excelente análisis!!!
Acabo de verla y bueno, como peli de acción es entretenida, aunque es verdad que se le pueden achacar los flashbacks o el lucimiento de músculos.
El libro no lo he leido, pero lo tento como propósito para el año que viene.
Angus, léetelo que son 180 paginillas de ná. En una tarde te lo calzas y lo flipas.
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